El sector de la energía solar fotovoltaica emergió a comienzos de la pasada década como una tecnología de producción de energía limpia, escasamente desarrollada, pero con un gran potencial para contribuir a la consecución de los objetivos definidos en el protocolo de Kyoto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global.
La persecución de dichos objetivos llevó a numerosos países europeos a incrementar significativamente la producción y consumo de energías renovables, pasando a liderar el crecimiento del sector fotovoltaico gracias a la aprobación de normas específicas que establecían atractivas primas para potenciar el desarrollo de esta energía, principalmente en Alemania, España e Italia. Estas condiciones favorables propiciaron, además, un rápido crecimiento de la industria fotovoltaica a nivel mundial.
En menos de 10 años, la evolución experimentada por la tecnología fotovoltaica ha posibilitado importantes reducciones de costes, así como un notable incremento de su fiabilidad, lo que ha incrementado su potencial para convertirse no sólo en una energía renovable líder, sino en una fuente de generación de energía alternativa a nivel internacional.
Por ello, en los últimos años la tecnología solar fotovoltaica ha iniciado una nueva fase de expansión en todo el mundo, especialmente en aquellos países con un elevado consumo energético y en los que la demanda de energía fotovoltaica se ha incrementado o espera incrementarse a corto plazo en busca de la «paridad de red» (aquéllos con una elevada radiación solar y elevados precios de la electricidad).
En 2012, la capacidad fotovoltaica se incrementó hasta los 100 GWp, experimentando por segundo año consecutivo un crecimiento superior a los 30 GWp. Europa concentra la mayor parte de esta potencia, con 69 GWp, y genera en torno al 2,6% de la electricidad consumida, concentrándose en Alemania, Italia y España más del 50% del mercado fotovoltaico global.
Por su parte, el mercado fotovoltaico en el resto del mundo cuenta con 31GWp de capacidad y apenas representa un porcentaje significante en la cuota de electricidad consumida, si bien está cobrando impulso con un notable desarrollo en los últimos tres años (13 GWp en 2012, 7,7 GWp en 2011 y 3 GWp en 2010). Este mercado está liderado por China, Estados Unidos y Japón, contabilizándose en 2012 en estos países más de 8,5 GWp de capacidad instalada.
Una alternativa para favorecer el desarrollo
No obstante, más allá de su progresión en el denominado «primer mundo», la tecnología solar fotovoltaica, por su facilidad de implantación en cualquier área, constituye una excelente oportunidad para mejorar las condiciones de vida de los millones de personas que en el mundo actual carecen de acceso a la electricidad. Según un reciente informe elaborado por el Banco Mundial y la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en el año en curso todavía hay más de 1.200 millones de personas que no tienen acceso a la energía eléctrica, principalmente en áreas rurales de Asia, África Subsahariana y Centroamérica.